El 1 de enero de 2012 marca el inicio de la actividad de Kutxabank, un banco que surge de la fusión de las tres Cajas Vascas - BBK, Kutxa y Vital -, las cuales son las únicas accionistas de la nueva entidad, transfiriendo así su negocio financiero.

Kutxabank emerge con una sólida posición en términos de solvencia, respaldado por un balance diversificado, un nuevo modelo de gobierno corporativo y un claro liderazgo en los territorios donde ha operado tradicionalmente. La entidad se compromete con las personas y el desarrollo económico y social como su principal objetivo.

El enfoque estratégico de Kutxabank se orienta hacia un modelo de banca local, donde las entidades integradas comparten procesos, políticas y servicios centrales, permitiendo alcanzar economías de escala y un beneficio sostenible. La prioridad se centra en los clientes, estableciendo relaciones de proximidad, confianza y a largo plazo con individuos y pequeñas y medianas empresas de su entorno.

Kutxabank mantiene el compromiso de reinvertir parte de sus beneficios recurrentes en la sociedad a través de obras sociales desarrolladas en cada uno de los territorios donde opera.