Verkoop van een landelijk onroerend goed in Diseminado Diseminados , Benifato

Tu rincón de paz en las montañas En las alturas de Benifato, con vistas abiertas a las sierras y atardeceres que parecen pintados, se encuentra esta finca: un capricho natural, un pequeño refugio pensado para desconectar, cultivar y recuperar el ritmo de la naturaleza. El terreno de 7.352 m² está completamente vallado y cuenta con sistema de riego y acceso al agua, algo poco habitual en esta zona de secano, lo que la convierte en una parcela especialmente valiosa. Ha sido trabajada con mimo y buen gusto, combinando sensibilidad paisajista y respeto por el entorno. En ella crecen almendros, olivos, nogales, pistachos, higueras, caquis y una abundante cubierta aromática de lavanda, tomillo, manzanilla y romero que perfuma el aire y atrae a abejas y mariposas durante todo el año. En el corazón del terreno se ubica una casita de madera de aproximadamente 22 m², cálida, acogedora y legal el refugio perfecto para escapadas y estancias puntuales. El acceso es excelente, con carretera asfaltada hasta la entrada, y la sensación al entrar es de silencio y panorama: un lugar para leer entre almendros, poner una mesa rústica al sol o instalar una pérgola ligera entre lavandas para cultivar o descansar. Si se desea, el espacio permite imaginar soluciones reversibles y de bajo impacto por ejemplo, un aljibe que haga oficio de piscina natural o un pequeño estanque integrados con piedra y vegetación siempre respetando el uso agrícola del terreno. (Se recuerda que se trata de parcela rústica y que cualquier actuación fija está sujeta a la normativa vigente. ) Las vistas son espectaculares: Aitana, La Serreta y las formaciones del Guadalest, Bernia y el Castillo de Confrides dibujan el horizonte. Rodeada de calma y sin vecinos a la vista, esta finca ofrece privacidad absoluta y una conexión genuina con la naturaleza. A solo unos minutos del pueblo de Benifato y del valle de Guadalest, esta propiedad es un auténtico capricho para quienes sueñan con tener su propio trozo de montaña: un espacio de desconexión, cultivo y disfrute, lleno de vida y posibilidades.